Friday, September 08, 2006

En el micro



Ayer salí de mi casa como a las 2 de la tarde con rumbo a casa de la abuela, para ver el partido "Alianza-Cienciano" ya que al igual que muchos puentepedrinos no sabemos aún lo que es tener cable, "tomé" una combi hasta la panamericana norte con el clásico:
China hasta la pana pe’
- Sube barrio, sube, sube.
Luego tomé un ómnibus rumbo al Rimac, al subir , me encuentro con un "artista de la calle" que , micrófono en mano y un potente parlante "deleitaba" a los "habitantes" del bus con unas canciones de su repertorio musical ,al sentarme me doy cuenta que está cantando la famosa "sigo siendo el rey" , cosa que no hizo mas que recordarme que Alan García es presidente de nuevo y que en algún momento de mi infancia pensé que la inflación era un indicador de la riqueza en el país y que a más inflación , más riqueza, y a más riqueza , más billetes, y a más billetes , más gente millonaria , cosa que terminó ocasionando en mí un colapso mental en la adolescencia al darme cuenta de la realidad.
Luego, tal vez, con un ánimo masoquista, se "mandó" con un bolero cantinero, lo cual no sé si tenía la intención de alegrarnos el día o "invitarnos al suicidio" ya que las letras son un tanto patéticas.
De pronto, se inicia un conflicto en el bus, el cobrador, comprensiblemente cansado de tanta melancolía se dirige al "artista de la calle" de la siguiente manera:
C: Oe "compare", ya pe apúrate que hace rato "tas" cantando, a lo que el artista hace caso omiso y sigue con su repertorio musical
C: Oe "choche", acabas o pagas tu pasaje.
El artista interrumpe por un momento su tan "alegre" canción y micrófono en mano se dirige al público:
A: Señores, yo soy un hombre que me gano la vida honradamente, no vengo a robarte, sin embargo, tengo que sufrir este tipo de humillaciones, apóyenme por favor
No falta una señora de aquellas que llama la atención por su prodigiosa fertilidad, con 5 hijos al lado se solidariza con el artista y le increpa al cobrador:
S: ¡oye deja trabajar al señor, se está ganando la vida y no hace daño a nadie!, ¿acaso tu no eres pobre? , ¡Déjalo trabajar pues!.
De pronto se desata un bullicio y un intercambio de palabras entre la multitud "solidaria" y el "solitario pero consecuente" cobrador.
M: "Déjalo trabajar", repetían unos; "abusivo", decían otros; "sino devuelve el pasaje y nos bajamos en mancha tío", decían un par de palomillas escondidos entre la multitud.
El artista, en medio de la controversia, me hizo recordar a esos conciertos de salsa en donde el cantante grita:
Me voyyyyyyyyyyyy
La multitud dice: Nooooooooooooo
Luego dice: Me quedo
Y la multitud: Siiiiiiiiiiiiiiiiiii
El cobrador, sabiéndose perdedor de la batalla, solo atinó a callar y a permitirle al artista de la calle seguir con sus acalorados gritos, no sin antes tratar de recuperar algo de su orgullo perdido con un:
C: Ya "compare", te voy a dejar seguir pero apúrate.
Por fin el artista pudo continuar con su repertorio y transcurridos algunos minutos también pudo terminarlo. A continuación, llegaba la hora de "la colaboración",
a mi modesta opinión el artista era bueno, pero no lo suficiente como para colaborarle con un par de céntimos, creo que este pensamiento fue compartido por todo el bus , ya que los pasajeros , hasta hace unos momentos defensores asiduos del artista, le dieron la espalda justo en el momento en el que más los necesitaba , todos parecían decirle :
"No te pases hermanito, ya te dimos la oportunidad de expresar tu arte, ¿encima quieres cobrarnos?"
El artista bajó sin pena ni gloria, sólo con algunos céntimos en el bolsillo y yo quede pensando en lo poco que vale el arte en este país.
De pronto sin dejarnos tiempo para la reflexión acerca de este incidente, sube un hombre de tez morena, con ligeras marcas en la cara, que me hacen recordar aquellos cuadernos "triple raya" que usaba en el colegio, este individuo porta una bolsa un tanto sucia y con algo mas de 20 caramelos de muy dudosa procedencia, el cobrador se hace el loco y ni lo mira, de pronto se dirige al público de la siguiente manera:
"Hermano, acabo de salir de Lurigancho y quiero regenerarme, ya me cansé de robar y de fumar, ayúdame a salir pues de esta basura, tú que tanto te quejas de los asaltos en lima ahora quiero ver si eres capaz de ayudarme a salir de esto , en esta oportunidad te ofrezco los riquísimos caramelos de menta de la fabrica Arcor , ¿Cuánto te cuesta, cuanto te vale? , solo diez centavos hermano , voy a comenzar por la parte superior para terminar por la parte posterior " exclamó matonescamente.
De pronto el silencio y los murmullos se apoderaron del bus, el sujeto comenzó a ofrecer sus tan "apetecibles" caramelos, sin embargo, no consiguió colaboración alguna en las 4 primeras personas, lo que lo obligó a decir:
Hermano, si no me vas a colaborar dime "no quiero" pero no me ignores, ignora al ladrón, al fuman, yo me quiero regenerar y me das la espalda, se hacen de rogar por 10 centavos.
Pasaron algunos segundos y el primero en colaborarle fue un joven, que enamorada al costado, no quiso arriesgarse a debatir con este "experimentado" vendedor; el segundo fui yo, que al apreciar en este personaje un "arte" mayor y mejor elaborado que el "artista de la calle" tuve a bien desembolsar 20 centavitos en un par de caramelitos de menta que hace rato se me "antojaban", por no decir otra cosa.
Este "buen hombre" al terminar de "intimidarnos" o mejor dicho de "abrir nuestros corazones", se fue con un botín mucho mayor del que se fue el "artista de la calle", cosa que me hizo recordar un término muy conocido en el medio pero pocas veces practicado: "Efectividad"
Al volver la calma al ómnibus, un niño llamado "Waldir" por obra y gracia, o mejor dicho desgracia del espíritu deportista de su padre, le pregunta a éste:
Papá, ¿porque le colaboraste a ese señor que parecía "choro" y no al otro que cantó chevere?
El padre al verse en problemas ante la tan inocente pero a la vez suspicaz pregunta de "Waldir" le contestó con un pequeño "lapo":
Cállate y párate que ya vamos a bajar.
De pronto reacciono y veo que estaba a punto de llegar a mi destino, me dirigí velozmente a la puerta y casi "al vuelo" bajé del ómnibus no sin antes mencionar la siguiente frase:
Bajan "pasaje de la izquierda"

4 Comments:

Blogger Ricardo Alarco said...

Muy buena cronica.

7:51 AM  
Anonymous Anonymous said...

hola Jorge:

Es una buena crónica de la vida cotidiana y nos sucede todos los días. Quizas por la rutina no nos detenemos un rato a pensar que sucede a nuestro alrededor, te felicito.

9:43 AM  
Anonymous Anonymous said...

Que divertido estuvo esto, en verdad que es gracioso ver este asunto de las colaboraciones a los artistas de la calle. Falta que suban con cuchillo en mano y digan : Ya no quiero robar, ni matar, ayuden y colaboren conmigo con mi caramelitos uhhhhhhh esperence que no nos sorpenden.
Te felicito por lo escrito estuvo muy divertido

12:18 PM  
Anonymous Anonymous said...

Excelente Brother, buena redacción, interesante la rutina de viaje, porque es lo que se da en la vida real.... ¡Salvo tus, pensamientos que no lo podemos constatar¡. Pero te creo, sin duda alguna, Jorge, no entiedo porque has dejado de publicar tus post.
¡¡Hombre!!... están rebuenos... Escribe más post. Felicitaciones

10:30 AM  

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